ENSAYANDO DON JUAN, últimos días en Teatros del Canal

El éxito clamoroso alcanzado por esta adaptación de Albert Boadella del Don Juan Tenorio de Zorrilla suscita de inmediato algunas reflexiones en torno a la conexión con el público por una parte y al teatro subvencionado por otra.

Y es que se demuestra una vez más que Boadella identifica perfectamente lo que el público está pidiendo a gritos: el rescate del buen gusto y los valores que tradicionalmente han vertebrado nuestra sociedad frente a la zafiedad y el desprecio por las formas imperantes en la actualidad, encarnado en una estrambótica directora que se opone a que el público escuche los versos de Zorrilla.

En contraposición, un Arturo Fernández inconmesurable a sus 85 años y que Boadella no ha dudado en incorporar como primer actor, demostrando que un actor popular, que se gana a la gente día a día en el teatro, es capaz de rayar a la mayor altura interpretativa mientras recita a Zorrilla como nadie.

Lástima que todo acabe ya el próximo domingo, en pleno éxito, con medio Madrid quedándose sin entradas y dejando a todos con una sensación de frustración inmensa, similar a la experimentada recientemente con la Hécuba de Concha Velasco. ¿No hay forma de dar rienda suelta al éxito en el teatro subvencionado?