viernes, 28 de febrero de 2014

PHILOMENA, una historia entre el sufrimiento y el perdón.

El caso de una mujer soltera que da a luz un hijo que le es arrebatado para darlo en adopción, asunto tan en boga por desgracia en la actualidad, se prestaría fácilmente a una interpretación sensiblera de la maldad en este caso de la iglesia católica irlandesa por una parte y del drama de esa mujer por otra.

Stephen Frears, especialista en el tratamiento de historias británicas como "The Queen", sortea hábilmente los estereotipos presentando una trama argumental perfectamente construida y que, junto a la magistral actuación en los papeles estelares a cargo de Judi Dench y Steve Coogan, hacen de Philomena un film más que notable, en el que se alternan momentos de indignación con otros de ternura sin renunciar a algunas notas de humor.

Más allá de las peripecias vitales de la protagonista y del drama vital al que se ve sometida, resplandece su superioridad moral frente a quienes la despreciaron, plasmada en su determinación por encontrarse con su hijo y al mismo tiempo por anteponer el perdón al resentimiento por los agravios sufridos. Sus cuatro nominaciones a los Óscars suponen un justo reconocimiento a la calidad de Philomena.


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